El fin del petróleo se acerca. Las energías renovables, la alternativa

Desde varios sectores de la economía se asegura que estamos en el comienzo del fin de la producción de petróleo en el mundo. Todo apunta a que el oro negro que ha movido al planeta durante los últimos 150 años dejará de ser el motor de la economía. Europa registró en 2020 su año de electricidad más verde ¿Cuál es la situación real?

La Agencia Mundial de la Energía advierte sobre a posibilidad de que el mercado del petróleo no vuelva a recuperar los topes de producción registrados en 2014. Es por eso que se habla del fin de la era del petróleo.

En 1859 se extrajo el primer barril de petróleo en Pensilvania, EEUU y, desde dicho año la demanda de crudo no dejó de crecer hasta nuestros días y ha movido la economía del planeta durante 150 años. Desde 2014, sin embargo, la preocupación de que se agotan los pozos existentes es cada vez mayor. Las grandes empresas petroleras dejaron de invertir en la búsqueda de nuevos pozos pues habían triplicado su partida presupuestaria en ello en los últimos 20 años con míseros resultados. Por lo que toca pensar en una nueva fuente de energía y ahí es donde entran las renovables.

La realidad es que la industria de las energías limpias está creciendo como la espuma y empieza a suplir cuotas de consumo energético, incluso los hasta ahora cubiertos por hidrocarburos, sobre todo en ámbitos de movilidad, aunque todavía queda camino por hacer. El consumo de crudo dejará de ser el motor económico en esta misma una década y cada familia habrá de cuidar por mantener su calidad de vida a nivel energético.

FRACKING, EL ESCAPE QUE RETARDA EL FIN DEL PETRÓLEO

Es evidente que el fin del petróleo se haya retardado un poco gracias a los últimos avances tecnológicos porque son ellos los que han permitido explotar las reservas en aguas superprofundas y aprovechar los hidrocarburos no convencionales (los atrapados en rocas, los que estaban inundados de arena…) de tal forma que ese fin del petróleo que se veía tan próximo no ha hecho más que ralentizarse y navegar cada vez más en contracorriente.

La evidencia demuestra que una vez llegó el COVID-19 la producción de petróleo se desplomó en todos los países líderes del sector como lo son Algeria, Angola, Congo, Guinea Ecuatorial, Gabón, Irán, Iraq, Kuwait, Libya, Nigeria, Arabia Saudita, UAE y Venezuela. Todos ellos conforman la Organización de Países Exportadores de Petróleo – OPEP. Este poderoso cártel del crudo ya reconoció que, aunque la recuperación de la economía después del Covid-19 facilitará un repunte del sector, no alcanzará las cifras del pasado y por el contrario se viene el pico de demanda (peak demand), considerado el momento en que el consumo de petróleo tocará su techo y entrará en un permanente declive (La mayoría de países productores ya lo alcanzaron desde 2005 a 2014)

La OPEP reconoce como el escenario futuro más probable, una caída de la demanda global a partir de 2040. Pero también señalan que podría tocar techo mucho antes, hacia 2029, si un importante número de países se toma en serio las medidas contra el cambio climático acordadas en la Cumbre de París. En tal caso, contemplan que el consumo mundial escale desde los 94 millones de barriles diarios actuales hasta un máximo de 100,9 millones dentro de apenas una década, para iniciar entonces su lento declive.

Sin embargo, estudios recientes de importantes organizaciones ecologistas, como el Grantham Institute y Carbón Tracker Initiative, son más optimistas y señalan que dicho pico de demanda llagará en 2022, dando tiempo a la tecnología de las renovables a desarrollarse y ser más importante en nuestras vidas. Sus cálculos indican que la energía solar podría significar el 23% del suministro mundial en el 2040 y el 29% en el 2050.

Energías limpias

Más publicaciones ecologistas internacionales advierten que, como resultado de los acuerdos climáticos como el de París es creciente el uso de las energías renovables en el mundo. Una de ellas es la de Agora Energiewende y los expertos británicos Ember, quienes aseguran que en 2020 Europa registró su año de electricidad más verde. Se celebra que es el primer año dónde se genera más electricidad a partir de energías renovables como eólica, solar, hidroeléctrica y biomasa, todas ellas por encima de los combustibles fósiles.

Para ser más exactos las energías renovables significaron el 38 % de la electricidad de Europa en 2020, comparado con el desplome de los combustibles fósiles con apenas el 37 %. Para finalizar, es muy importante que las energías renovables se hayan duplicado en Europa y que la generación de energía de carbón se haya disminuido a la mitad desde 2015. Desde luego son cada vez más los países europeos que plantean prohibir progresivamente los vehículos de gasolina y diesel a partir del año 2030/2040, al tiempo que se estimula la producción y venta de vehículos eléctricos.

Por todo lo anterior, y ante la situación que nos vendrá impuesta, con menos presencia de combustibles fósiles que suplan las bajadas de potencia eléctrica en momentos de falta de sol o viento en las renovables a nivel nacional y donde la factura de la luz cada vez es más asfixiante, será bueno disponer de “independencia energética” a través del autoconsumo, construyendo o adaptando nuestras viviendas a un futuro muy cercano donde podemos encontrarnos con problemas de suministro eléctrico (sobre todo si se pretende pasar todo el parque de vehículos térmicos a eléctricos en los próximos años).

QUIERO UNA CASA CON AUTOCONSUMO

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